Nelson Garcia Lobo: Ponencia en Naciones Unidas (Ginebra, Suiza)

Foto: Cortesía

Muchas gracias a ICVA y Act Alliance por permitirme representarles en el principal espacio de encuentro y concertación mundial como es las NNUU. Históricamente la migración ha sido un hecho común en la mayoría de las naciones del mundo aun sin ser declarada oficialmente como un derecho. Antes de ser un problema la migración ha sido una renta para los países desarrollados y que sin duda en un marco de respeto de los derechos humanos podría constituirse en un aliado importante para acortar las desigualdades y combatir la pobreza en nuestros países y el mundo entero.

En nuestra región, las realidades de la migración y el desplazamiento están estrechamente entrelazadas, por lo que esperamos que tanto el Pacto Mundial sobre la Migración como el Pacto Mundial sobre los Refugiados se desarrollen teniendo en cuenta la complementariedad, para que las necesidades de nuestros pueblos puedan ser dirigido adecuadamente.

Como bloque latino y centroamericano vemos la urgente necesidad de que los países expulsores, de tránsito y receptores impulsen la construcción de políticas de regularización migratoria con enfoque en derechos, por tanto vemos la urgencia de la construcción de los pactos  donde el centro del mismo deben estar las personas tomando como base la  declaración universal de los DDHH donde los países aquí presentes son signatarios de dicha declaración.

Los pactos globales para nuestros países deben generar líneas de acción que emanen de las causas que provocan las migraciones forzadas que en muchas ocasiones va más allá de un tema humanitario y de seguridad para convertirse en un tema de desarrollo un tema de pobreza y en muchos casos de pobreza extrema, por tanto un acto que seguirá generando confianza en este  organismo mundial es la promoción de la lucha contra la xenofobia, discriminación y todas las formas de violencia promoviendo que los estados receptores garanticen un debido proceso y acceso a la justicia respetando sobre todo los DDHH, igualmente desde los espacios de sociedad civil esperaríamos que El Pacto Mundial sobre los Refugiados debería hacer hincapié en promover el intercambio de responsabilidad entre los países -que es algo que hoy percibimos como ausente en nuestra región, donde nuestra gente son devueltos indiscriminadamente y los esfuerzos internacionales hasta ahora se han centrado principalmente en apoyar  la protección dentro de los países emisores.

Desde nuestro punto de vista los pactos  deben asegurar una migración segura, ordenada y regular la misma no debe ser considerada como una ayuda de los países desarrollados a los países pobres, debe de ir más allá de lo que sucedió con las  metas del milenio debemos apuntar  a que el pacto  esté ligado hacia la agenda 20/30 y donde los gobiernos, sector social exijamos  verdaderamente al sector privado para que tenga una  participación más activa en las acciones planteadas.

Hoy vemos una oportunidad excepcional en el mundo para abordar estos temas de manera conjunta y colectiva que nos pueden asegurar el desarrollo, la sostenibilidad, la seguridad y relativamente la paz en el mundo.

En nuestra centro America  los migrantes mayormente su ilusión está en el viaje hacia USA porque ahí ven su imaginario del desarrollo, cuando llegan se encuentran en una realidad diferente a la imaginada pero si es claro que es mejor que la que dejaron atrás de donde salieron.

En el caso de Honduras más del 95% de los migrantes, especialmente  jóvenes, salen por falta de oportunidades, especialmente de empleo, y al ser retornados de USA como de Mexico el 90% manifiestan que se regresan nuevamente a emprender este camino de muerte. Nos hemos encontrado con casos de familias que ahora van por el intento numero 13 buscando salir del país. En este proceso, muchos de ellos mueren, y muchos otros son separados de sus familias, muchos están encerrados presos  e incomunicados tanto en Mexico como en USA.

Ante estos escenarios vividos diariamente, y con el acompañamiento de la alianza ACT y otras organizaciones más la Comision de Accion Social Menonita (CASM) en una relación estratégica con el sector privado Hondureño, hemos desarrollado un piloto de 500 jóvenes  deportados de USA y Mexico, con acompañamiento psicológico y a la vez  fortaleciendo sus capacidades técnicas vocacionales de acuerdo a las necesidades del mercado de mano de obra  local, esta experiencia ha permitido que en seis meses el 64% de los jóvenes en este programa ya tienen  un empleo, 10% de ellos tienen su propio emprendimiento empresarial empleando a otros jóvenes y más de 30% han regresado a la universidad.

Con este mínimo ejemplo en nuestro caso centroamericano podemos sustentar que si le apuntamos a las causas que provocan el fenómeno migratorio podemos minimizar los efectos y consecuencias que provoca este fenómeno muy ligado a la desintegración familiar.

Sin embargo, en nombre de nuestros representantes (ICVA y ACT Alliance), también queremos resaltar que actividades como la nuestra no son suficientes para resolver el problema. Sigue siendo un gran desafío para el gobierno y  sector social  convencer al sector privado de que "invertir en los pobres es un gran negocio", los pobres del mundo son la mayoría. Mejorar sus condiciones de vida no sólo es responsabilidad de los gobiernos, sino también del sector privado, sino que también es la única manera de hacer que el desarrollo sea sostenible, en interés tanto de los derechos humanos como de las empresas.

Por lo tanto, estamos haciendo un llamando a los gobiernos a cumplir sus compromisos en la Declaración de Nueva York y a integrar los dos Pactos Globales que son complementarios, basados ​​en los derechos humanos, y que verdaderamente involucren a todos los interesados ​​en crear un futuro mejor para los migrantes y refugiados del mundo.