Construyendo alternativas viables ante la sequía

Jacinta del Carmen Andradez Espinoza. Comunidad Palo de Rueda del Sector Platanares, municipio de Somotillo, Nicaragua. Foto: FLM/SM-CA Brenda Platero

 

Soy Jacinta del Carmen Andradez Espinoza, tengo 59 años de edad, vivo en comunidad Palo de Rueda del Sector Platanares, municipio de Somotillo, Nicaragua. En mi casa vivimos mi esposo, dos hijos y un nieto. Ahora soy ama de casa, porque ya estoy mayor, pero he sido agricultora, ahora solo es mi esposo con mis hijos los que están más en el campo dedicándose a la siembra.

El problema más grande en esta zona es la escases del agua, principalmente en el verano. Por esa razón nuestra esperanza es que la lluvia llegue de manera regular durante el inverno, ya que, durante el verano, la poca agua que tenemos es para uso doméstico y consumo; solamente. En uno de los cumbitos (baldes), que tengo he puesto una matita de tomates y chiltomo que es lo que he optado producir en el jardín, pero más que eso en el verano es difícil. El año pasado no tuvimos nada, nadita de agua, para lavar tenía que ir al río Negro, que son un poco más de cuatro kilómetros y me tengo que ir caminando.

Con la Asociación para el Desarrollo Eco Sostenible (ADEES), desde hace tres años he participado en el proyecto sobre Medios de Vida que apoya Federación Luterana Mundial (FLM/SM-CA), con el cual estamos mirando una salida para poder sobrellevar el problema de sequía que es duro en esta zona. En este proceso hemos aprendido sobre conservación de suelos, técnicas para retener el agua y mantener la humedad en el suelo para que al sembrar se logre producir. Nos ha funcionado, no obstante, se llega a un punto donde la sequía es más fuerte, y la escases del agua, no nos permite continuar. No alcanza el agua para regar los cultivos, la siembra acá, en esta zona en verano es difícil. Sin embargo, hemos recibido también capacitaciones sobre elaboración de jalea, eso nos ha permitido optar por un medio de vida alternativo; mientras no logramos producir nada en la tierra, cuando no hay lluvia.

Creo que lo que nos dejan estos procesos es bueno, no solo es el conocimiento, sino la unidad que hemos logrado con las personas en la comunidad, en la familia, hemos aprendido a ser mejores. Y algo que para nosotros es muy importante, es que hemos aprendido a trabajar la tierra, y eso es importante, porque de eso vivimos. Por ejemplo, ahora no compramos las verduras, nosotros lo cultivamos y esa es una gran ganancia, y un gran logro.

Texto: Brenda Platero